"1— TODAS LAS COSAS SON MUDABLES. La tendencia hacia la nada es implacable y universal. Incluso cosas que tienen todas las características de la sustancia –cosas que son duras, inertes, sólidas– no ofrecen más que una “ilusión” de permanencia. Podemos cerrar los ojos, utilizar argucias para olvidar, ignorar o fingir, pero finalmente todo acaba en la nada. Todo se gasta. Los planetas y las estrellas, e incluso las cosas intangibles como la reputación, la herencia familiar, la memoría histórica, los teoremas científicos, las pruebas matemáticas, las bellas artes y la literatura (incluso en su forma digital): a la larga, todos se desvanecen en el olvido y la no existencia."
2— TODAS LAS COSAS SON IMPERFECTAS. Nada de lo que existe está libre de imperfecciones. Cuando miramos realmente de cerca las cosas vemos sus defectos. El afilado filo de una cuchilla, cuando se amplia, revela agujeros microscópicos, astillas y desconchados. Cada artesano conoce los límites de la perfección: las imperfecciones saltan a la vista. Y cuando las cosas empiezan a estropearse y se acercan a su estado primordial, se vuelven incluso menos perfectas, más irregulares."
3— TODAS LAS COSAS SON INCOMPLETAS. Todas las cosas, incluso el universo mismo, están en un estado constante, perpetuo de transformación o de disolución. A menudo señalamos arbitrariamente momentos, puntos a lo largo del camino, como “acabados” y “completos”. ¿Pero cuándo llega finalmente a completarse el destino de algo? ¿Está la planta completa cuando florece? ¿Cuando se convierte en semilla? ¿Cuando todo se convierte en abono? La noción de conclusión no tiene cabida en el wabi–sabi."
______________Leonard Koren______________,
WABI SABI PARA ARTISTAS, DISEÑADORES, POETAS Y FILÓSOFOS .
“En la cárcel. - Mi ojo, ya sea débil o fuerte, sólo ve hasta cierto límite, y en este límite pienso y vivo, esta línea de horizonte es mi destino próximo grande y pequeño, al que no puedo escapar. Cada ser está rodeado, de este modo, por un círculo concéntrico, que tiene un centro que le es propio. De manera parecida nuestro oído abarca un pequeño espacio y lo mismo, el tacto. Según estos horizontes, en los que nuestros sentidos nos encierran como entre los muros de una cárcel, medimos el mundo, definimos como próximo esto, como lejano aquello, esto pequeño, aquello grande, esto duro y aquello blando: a este medir lo llamamos sentir, -¡en sí son puros errores! Por la cantidad de experiencias y emociones, que nos son posibles por término medio en cierto tiempo, medimos nuestra vida como breve o larga, pobre o rica, llena o vacía; y por la vida humana media se mide la de todas las demás criaturas,-en sí son puros errores! Si tuviéramos ojos cien veces más penetrantes para la proximidad, el ser humano nos parecería enormemente alto; incluso son imaginables órganos según los cuales nos parecería inabarcable. Por otro lado, los órganos podrían ser de tal índole, que sintiéramos sistemas solares enteros concentrados y apretados como si fueran una sola célula: y ante seres de un orden contrario una célula del cuerpo humano podría presentarse como un sistema solar en movimiento, estructura y armonía. Las costumbres de nuestros sentidos nos han envuelto en la falacia de las sensaciones: éstas son, a su vez, las bases de todos nuestros juicios y “conocimientos”, -¡no hay escapatoria, no hay atajos ni rodeos para llegar al mundo real! Somos arañas en nuestra red, y cacemos en ella lo que cacemos, no podemos cazar nada más que lo que puede cazarse con nuestra red.
______________Friedrich Nietzsche______________,
AURORA, aforismo 117
“¡El arte genuino… no conoce fin ni intención! Cuanto más obstinadamente se empeñe usted en aprender a disparar la flecha para acertar en el blanco, tanto menos conseguirá lo primero y tanto más se alejará los segundo. Lo que le obstruye el camino es su voluntad demasiado activa. Usted cree que lo que usted no haga, no se hará”.
______________Eugen Herrigel______________,
ZEN EN EL ARTE DEL TIRO CON ARCO.
"...vi la circulación de mi oscura sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo."
_______Jorge Luis Borges_________,
EL ALEPH
“Yet this seeing which comes before words, and can never be quite covered by them, is not a question of mechanically reacting to stimuli. (It can only be thought of in this way if one isolates the small part of the process which concerns the eye's retina.) We only see what we look at. To look is an act of choice. As a result of this act, what we see is brought within our reach - though not necessarily within arm’s reach. To touch something is to situate oneself in relation to it. (Close your eyes, move round the room and notice how the faculty of touch is like a static, limited form of sight.) We never look at just one thing; we are always looking at the relation between things and ourselves. Our vision is continually active, continually moving, continually holding things in a circle around itself, constituting what is present to us as we are.”
_________John Berger_________________,
WAYS OF SEEING
“El genio de la Tierra, que es probablemente el del mundo entero, obra, en la lucha vital, exactamente como obraría un hombre. Emplea los mismos métodos, la misma lógica. Llega al fin por los medios que nosotros pondríamos en práctica; tantea, vacila, suspende y vuelve a empezar varias veces; añade, elimina, reconoce y rectifica sus errores como lo haríamos nosotros en su lugar. Se aplica, inventa penosamente y poco a poco, como los obreros y los ingenieros de nuestros talleres. Lucha, como nosotros, contra la masa pesada, enorme y oscura de su ser. Tampoco sabe a dónde va; se busca y se descubre poco a poco. Tiene un ideal muchas veces confuso, pero en el cual se distingue sin embargo una multitud de grandes líneas que se elevan hacia una vida más ardiente, más compleja, más nerviosa, más espiritual.”
______________Maurice Maeterlinck______________,
LA INTELIGENCIA DE LAS FLORES
“I'm an eye. A mechanical eye. I, the machine, show you a world the way only I can see it. I free myself for today and forever from human immobility. I'm in constant movement. I approach and pull away from objects. I creep under them. I move alongside a running horse's mouth. I fall and rise with the falling and rising bodies. This is I, the machine, manoeuvring in the chaotic movements, recording one movement after another in the most complex combinations.
Freed from the boundaries of time and space, I co-ordinate any and all points of the universe, wherever I want them to be. My way leads towards the creation of a fresh perception of the world. Thus I explain in a new way the world unknown to you.”
______________Dziga Vertov______________